Trypis |
Peña Los Trypis en el Candeal.
Nos esperan infinitas sendas, caminos y veredas por recorrer a todos juntos, para llegar a los destinos que nos depara el futuro.
El año 2009 es un nuevo camino por recorrer, empecemos con fuerza, ¡Animo!
Trypis |
De Babia (León) Fotos: Ivan Diez. |
“Estar en Babia” Se dice, que durante la Edad Media, el rey se retiraba a estos parajes, cuando quería descansar, o ir de caza, desconectando así de la vida de la corte, y retirarse de la vida palaciega, para no enterarse de nada, de ahí la expresión.
Comenzamos la travesía en Robledo de Babia, con un día fresco y un cielo muy cubierto por las nubes.
En el Valle de San Emiliano en la comarca de Babia, ascendimos tomando una pista por la que a medida que ganábamos altura, obteníamos una impresionante vista. Aunque las primeras gotas de una fina lluvia que nos acompañaron durante todo el recorrido, restaron visión del paisaje.
Llegamos a un collado, el punto más alto de la ruta, donde encontramos la nieve acumulada de días atrás y un recio viento frío. Tras reagruparnos comenzamos continuos descensos y subidas, a través de rocas, riachuelos y prados nevados, que nos conducían hacía la Laguna de Las Verdes. Esta laguna debe su nombre a la vegetación que la cubre en los meses más cálidos. Su origen es glaciar y no tiene mucha profundidad debido a las piedras que caen por la falda del pico que está a su lado, que es el pico Montihuero (2.187 m.)
La laguna más que verde, se nos mostraba oscura, entre las gigantescas moles de piedra que la rodeaban cubiertas de nubes, pero a pesar de la poca luz que nos ofrecía el día, nos vimos recompensados por los tonos azulados, que aparecían entre los huecos de la nieve y el paisaje se mostraba espectacular aun con el cielo cubierto.
Dejamos la laguna, y tras un suave ascenso por una ladera embarrada, descendemos a la Majada de Las Verdes, reducto pastoril, y desde allí por un camino pedregoso, nos dirigimos hacia Torre de Babia, donde ponemos fin a la travesía, con un merecido bocadillo en el bar del pueblo.
Con esta frase de Carmen Martín, y la portada del disco que sale en la foto, nos hacemos una idea, de cómo transcurrió la noche en el Berlanga, con la sesión de DJ. ChimPum, que en realidad es como todos conocemos a Mario en su faceta de DJ.
El local se llenó con un público variopinto, que acompañó y disfrutó de la música durante la sesión, llegando incluso a corear algunos temas.
Discos de Madonna, Visage, Pet Shop Boys y Alaska por mencionar algunos, e incluso Camilo Sexto, aportaron ambiente a una divertida noche en el Berlanga. Donde solo resto un poco de glamour, el sonido que en algunas ocasiones flojeaba, debido al guirigay de los presentes, y no se podía elevar el volumen, por los limitadores que obligan a poner.
De cualquier forma la noche fue de lo mas entretenida y disfrutamos de la música, y de la compañía, y sobre todo nos quedamos con ganas de una nueva sesión de este nuevo DJ. ChimPum.
Galicia |
Después del verano y las fiestas de Valladolid, volvemos de nuevo a la rutina. Durante las vacaciones, acompañamos a Mario y David, los chicos de la tienda Goa de Zaratán, a Galicia, en su periplo comercial de la feria de Santa Eugenia de Ribeira (Santa Uxia de Ribeira).
Nos instalamos con ellos en Aguiño, donde sus padres veraneantes asiduos de la localidad, nos agasajaron con los productos típicos: Almejas, mejillones, nécoras, pimientos del padrón, empanada y otras delicias gastronómicas.
La zona que visitamos, corresponde a la parte coruñesa de la ría de Arosa. El mar, los acantilados, las playas, las montañas, y los pueblos, son lugares ideales para el reposo, la tranquilidad y el bienestar de cualquiera, ya que no es una zona masificada de turistas.
La playa del Vilar es la que más frecuentamos, sobre todo por el maravilloso entorno que la rodea. Esta preciosa playa esta situada mirando al océano Atlántico y dentro del Parque Natural Dunas de Corrubedo.
Corrubedo es un típico pueblo gallego, con su puerto pesquero, donde se forma un cabo se encuentra su famoso faro, al final de un espigón que se adentra en el inmenso océano.
Muy cerca de Corrubedo, encontramos los restos arqueológicos de Los Castros de Baroña, unas primitivas casas, casi todas de forma circular, en un acantilado junto al mar.
Visitamos La puebla del Caramiñal, importante puerto pesquero de la zona, y subimos por una angosta carretera al monte de la Curota, a mas de 500 metros de altitud, desde cuyo mirador contemplamos la ría de Arosa. Desde lo alto y a vista de pájaro, localizamos los distintos pueblos que bordean la ría, las bateas de mejillones y la grandiosidad del paisaje.
También nos adentramos en la ría de Noia, para conocer esta preciosa villa, y de paso visitar los puertos, de Porto do Son y Portosin.
En Aguiño, parroquia de Ribeira donde nos hospedabamos, cada mañana contemplábamos desde la ventana, como las barcas hacían la recogida de las almejas, que al mediodía descargaban en la lonja del puerto.
En un pequeño bar del puerto, O Furón, nos tomábamos un albariño o una caña, acompañada de nécoras o mejillones y muchas tardes dábamos buena cuenta de un riquísimo bocadillo de pulpo.
Desde el puerto de Aguiño, se divisa también la isla de Sálvora, donde la leyenda cuenta, que se originó un linaje, al tener descendencia un noble caballero, con una sirena que habitaba las aguas de la isla y que se enamoró de ella, cuando la encontró en la playa.
Langre Somo |
Como cierre de esta temporada, nos hicimos una ruta, o mejor dicho paseo, por la orilla del mar, ya que tan solo anduvimos 6 Km. desde la playa de Langre hasta Somo, las dos localidades pertenecen al municipio cantabro de Ribamontán al Mar.
Iniciamos la ruta sobre el acantilado de la playa de Langre, a unos 25 metros de altura, desde donde contemplábamos unas magnificas vistas de la costa. Todo el recorrido transcurría junto al mar, por un sendero que no ofrecía ninguna dificultad, así que no tardamos mucho en llegar a la playa de Somo, bajamos por una escalera y continuamos la ruta por la playa hasta el pueblo donde nos esperaba el autocar.
Aunque el día no acompañaba, extendimos la toalla al abrigo de unas dunas y tomamos un rato el sol, hicimos un intento de baño pero el agua estaba muy fría y el fresco viento que soplaba tampoco invitaba al remojo.
Pudimos distraernos con los surferos, ya que en Somo se encuentra la escuela cantabra de surf, y habían preparado unas carpas con música y actividades diversas, con motivo de una competición que realizaban ese día.
Y con esto pusimos fin a la temporada, un poco menos bronceados de lo que nos hubiese gustado, pero el cantábrico es así.
Somiedo |
En esta travesía por el parque natural de Somiedo, hemos podido contemplar las montañas, cubiertas de retamas y piornales en plena floración, salpicando de amarillo las verdes laderas y disfrutando de una calida jornada, con un espléndido cielo azul, que ha supuesto un autentico regalo para los sentidos.
Comenzamos en el pueblo vaqueiro de
Las vistas desde lo alto son espectaculares, desde donde admiramos toda la grandeza del parque natural, mientras nos tomábamos un tente en pié.
El descenso entre las escobas o retama, por la ladera, con destino a
Desde aquí, y por pista continuamos el descenso hasta
También pudimos admirar, la cascada que forma el río pigueña al descender al valle, ofreciéndonos un bucólico paisaje. Y junto a este río y por una pista en gran parte cubierta de cemento, lo que la hace especialmente dura, llegamos al pueblo de Villar de Vildas, donde pusimos fin a nuestra ruta, unos
En la terraza de una casa rural dimos buena cuenta del bocadillo, echamos un culín de sidra e incluso algunos nos echamos una pequeña siesta arrullados por el rumor del río.
(Las brañas son lugares frescos y húmedos, situados en zonas altas de montaña, donde abundan los pastos incluso en el verano. En estos lugares se construyen cabañas utilizando piedra en su base y materia vegetal para el tejado.)
VALDECEBOL |
DUBLIN |
Todos los compañeros del curso de inglés, elegimos este año la capital Irlandesa, para poner en práctica nuestros conocimientos, entre los del curso y amigos nos juntamos una treintena para el viaje.
Alquilamos un autocar, para ir de Valladolid a Barajas y desde allí volamos a Dublín.
La ilusión por conocer Irlanda, nos hizo olvidar un pequeño incidente, ya que nada mas llegar a Dublín el autobús urbano que nos tenía que llevar al centro de la ciudad se averió y tuvimos que cambiarnos a otro, pero finalmente estábamos en O'Connell Street, la calle más amplia y concurrida del centro de Dublín, donde nos sorprendió encontrar, un enorme cono de acero inoxidable, el obelisco del llamado Monumento a
Nos hospedamos en la zona más bulliciosa de la ciudad, Temple Bar, así que la primera noche ya comenzamos a visitar todos los locales que teníamos en el entorno, Las Tabernas irlandesas son muy espaciosas, tienen numerosas estancias, donde se puede degustar la famosa cerveza Guinness, se puede comer en ellas y también organizan pequeños conciertos.
Nos resultó curioso observar, que solo se puede fumar en unos pequeños espacios habilitados, que están al aire libre, tipo patio interior y si no disponen de patio, directamente en la calle, en espacios delimitados con mamparas y jardineras, semicubiertos con algún toldo.
Los pubs de Dublín nos han sorprendido por su decoración, ya que además de las típicas tabernas como: Auld Dublinés Pub, Ross & Walpole Pub y The Oliver St. Jhoh Gogarty. También hay unos locales decorados con mucha elegancia y buen gusto, yo destacaría el Dragón, con una decoración cool y The Bank, un banco reconvertido en bar, con una elegante decoración Victoriana, que no deja indiferente al visitante.
Hemos tenido mucha suerte con el tiempo, ya que solo llovió un par de horas, una mañana, así que hemos podido disfrutar de Dublín con un sol espléndido.
Visitamos Breakfast market, pequeño mercado de alimentación donde destacan los famosos huevos de un suave color verde.
Recorrimos los comercios de Grafton Street, hasta el parque St. Stephen´s Green y nos hicimos una foto con la emblemática Molly Malone, famosa mujer irlandesa que vendía mejillones y berberechos y que murió de fiebres en la calle, se dice que su fantasma aun está por las calles.
El río Liffey, divide Dublín en dos partes, una la mas antigua, monumental y bulliciosa y la otra mas nueva y de grandes comercios.
Las dos están unidas por numerosos puentes, destacan el de O’Connell, por ser mas ancho que largo, Half penny (Ha´penny) que tiene la forma de medio penique, que es lo que había que pagar por cruzarlo, y de los nuevos, el de James Joyce del arquitecto español Calatrava.
Visitamos los edificios de Dublín, que más que por su arquitectura, destacan por lo emblemáticos y populares. La ciudad posee un gran número de edificios históricos, como las catedrales de San Patricio, y Christ Church Cathedral., Trinity Collegue, que es
Otra zona con mucho encanto es el castillo de Dublín, enclavado en el corazón de la ciudad vieja, en los actuales jardines, donde existía un estanque negro que dió nombre a la ciudad. Del castillo original del año 1204, solo se conserva una torre.
Hicimos una ruta en bus por toda la ciudad, unos visitaron la fabrica de cerveza Guinness y otros la destilería de whisky Old Jameson. También nos pasearon por Phoenix park, un enorme parque, donde se encuentra el Zoo y la casa del presidente.
Otro de los días, lo dedicamos a viajar por la zona rural, al sur del país, alquilamos un autocar y paramos a tomar un café en un típico pueblecito irlandes Enniskerry, en el condado de Wicklow, de camino paramos para admirar, la cascada de Powerscourt, y más tarde hicimos un alto en el camino para visitar el Bar mas alto de Irlanda en las montañas de Wicklow, el Johnnie Fox Pub, que es visita obligada para todos los turistas. Lleno de recuerdos, fotografías y un sin fin de objetos antiguos. Es una toda una experiencia, tomarse una pinta en este bar.
Tras la cerveza llegamos a Glendalough, en el mismo condado de de Wicklow, donde el río Glenealo se une al río Glendasan, bajo los lagos Superior e Inferior, un maravilloso valle donde se encuentra el monasterio de Glendalough (Valle de los dos lagos). También visitamos Bray, en el mismo condado, pero ya en la costa, donde paseamos por su turística playa.
Por la tarde ya en la ciudad, completamos la jornada, cenando en la taberna más vieja de Irlanda, Brazen Head que al parecer ya funcionaba en 1198, imagino que con los vikingos, comimos un estofado típico y tomamos un par de pintas mientras escuchábamos un concierto de un grupo tradicional.
Con las últimas compras despedimos Dublín, una ciudad agradable y amable para vivir, donde quizá no te sorprenda su arquitectura, pero si sus amables gentes, y sus bulliciosas calles llenas de vida.
Pico Ocejón 2048 m. |
Con muy buena temperatura, nos dirigimos al Pico Ocejón, en la provincia de Guadalajara. El grupo de Montaña, con el que salimos, Annapurna era en esta ocasión más internacional, ya que llevábamos compañeros de países como: Francia, USA, Dinamarca y por supuesto los de Zaratán.
Hicimos un pequeño alto en el camino, para tomar un café en Ayllón, un precioso pueblo castellano de la provincia de Segovia, que da nombre a la sierra.
Continuamos la ruta, por una estrecha y sinuosa carretera, para llegar a la localidad de Valverde de los Arroyos, en la provincia de Guadalajara. El autocar se tuvo que parar en dos ocasiones, para ceder el paso a las vacas, que tranquilas cruzaban de prado a prado, pastando plácidamente, junto a sus terneros y otra más para poder cruzar un estrecho puente.
Como el día era soleado, había que protegerse la piel, yo me había comprado un moderno protector solar en forma de barra, así que me lo apliqué en plan Rambo, dibujando unas franjas en la cara, en plan batalla.
Atravesamos este pintoresco pueblo, que llaman de arquitectura negra debido al color de la pizarra, que utilizan en paredes y tejados de las casas, para dirigirnos a la base de la Chorrera de Despeñaelagua. Una cascada impresionante, que sorprende por su tamaño y belleza.
Dejamos la base de la Chorrera, para tomar el sendero del Pico Ocejón, el ascenso lo hicimos entre piedras y matorrales, hasta llegar a la parte superior de la cascada, pudiendo contemplar desde distintos ángulos, tan magnifico salto de agua.
La subida no estuvo exenta de emoción, ya que tuvimos que cruzar un pequeño riachuelo, que bajaba con mayor caudal de lo habitual, así que colocamos unas piedras, a modo de precario puente, para que todo el grupo pudiese atravesar. Cuando levantaba una gran piedra, para poner en el paso del riachuelo, se me enganchó una zarza en el brazo, que me dejo un arañazo considerable, vamos una pequeña herida de guerra.
Ya llegando al Pico, parte del grupo nos desviamos por otro sendero, separándonos del grupo principal, aunque caminábamos paralelos, para reagruparnos, trepamos por unas pequeñas riscos, aumentando el riesgo y la aventura de la jornada.
Continuamos todos juntos ascendiendo por losas de piedra que se movían a nuestro paso, pequeños neveros y grandes extensiones de Gayuba o uva del oso, planta de verde intenso que tapizaba gran parte de la montaña, dando un especial colorido al paisaje.
Coronamos la cima del Ocejón, situada a 2.048 m. y como premio, nos tomamos el bocadillo en la cima, contemplando el fantástico paisaje, que teníamos a nuestros pies.
El descenso lo hicimos bastante rápido y con relativa facilidad, hasta llegar de nuevo a Valverde de los Arroyos, donde nos refrescamos en el bar de pueblo.
Lagunas de Peñalara |
La sierra de Guadarrama encuadrada en el Sistema Central, separa las provincias de Segovia y Madrid. Se encuentra erosionada por pequeños circos glaciares, es decir, se formaron hace más de cien millones de años por la acción de las masas de hielo al desplazarse sobre la superficie de la tierra.
A finales del Terciario y durante todo el Cuaternario la tierra estaba cubierta por grandes masas de hielo. Al aumentar la temperatura de la atmósfera el hielo se fue derritiendo, erosionando en su camino los valles y las montañas, que dieron origen a pequeños lagos de montaña, como las lagunas de Peñalara.
Al Puerto de Cotos accedemos desde Rascafría, por un sendero perfectamente urbanizado y damos comienzo a la ruta bien abrigados, porque el día aunque soleado, es fresquito y haciendo honor al lugar, sopla una buena rasca.
Se inicia nuestro ascenso por un camino pedregoso, los matojos y los pinos están cargados de hielo, y las vistas de la sierra son espectaculares.
El paisaje nos ofrece una variedad cromática poco habitual, los musgos y líquenes se ha fijado sobre la roca y la montaña se viste de amarillos, verdes y grises, enmarcada en el azul del cielo y el blanco de nieve y nubes.
En nuestro camino vamos descubriendo, primero las Cinco Lagunas, y luego
El cielo se vuelve cada vez más gris, así que nos tendremos que dar prisa y comenzar el descenso, antes de ser sorprendidos por la ventisca.
Las vistas sobre
Ya en
Adios UHF |
ADIOS UHF
Han sido muchas noches, sentados en esa cómoda roja, o apoyados en ella, lo importante siempre era y es, la charla, las risas, la buena compañía y lo variopinto de los asiduos.
Es de los poquitos bares en Valladolid, que ha dado un poco de color a la ciudad y una opción diferente, ofreciendo un ambiente abierto y muy heterogéneo.
Pero Alberto, ha decidido poner fin a esta etapa, así que despedimos el UHF con una fiesta, como la ocasión se merecía, diciendo un ¡hasta siempre!
Hola BERLANGA |
HOLA BERLANGA
Como no podía ser de otra manera, Víctor ha recogido el testigo del UHF, y lo ha reconvertido en el BERLANGA, la música un poco diferente, la gente la misma y la decoración muy similar, predominando el contraste de blanco y negro, salpicado de algunos detalles en rojo.
La fiesta de inauguración fue todo un éxito y estuvo la mar de concurrida, como siempre caras conocidas, otras nuevas, pero todos con ganas de pasarlo bien, haciendo del Berlaga, un local con carisma dentro de la noche vallisoletana.
El nombre viene, por Carlos García Berlanga, compositor de muchas canciones de la década de los 80, Alaska y los Pegamoides o Alaska y Dinarama, que seguro que tenéis en el recuerdo.
Así que seguimos teniendo un garito diferente, para disfrutar de la noche.
Pico Lobo (Sierra de Ayllon) |
La sierra de Ayllón o macizo de Ayllón, esta situada entre las provincias de Guadalajara, Segovia y Madrid, es una de las sierras orientales del Sistema Central español. Y allí se encuentra El pico Lobo es la montaña más elevada de
Salimos a las 8 de la mañana, aunque alguno dejamos en tierra, porque se le pegaron las sábanas, con el cambio de hora.
Después de unos
DUREZA EXTREMA
Comenzamos la ruta, desde el puerto de
El ascenso al pico Lobo, no entraña una excesiva dificultad, pero se nos hacia costoso por el terreno pedregoso, así como por algunos faldeos con nieve helada.
Llegamos a la cima, donde encontramos las ruinas, de una antigua telesilla. Las vistas que hasta entonces habían sido espectaculares, comenzaron a ocultarse tras unas oscuras nubes que empezaban a dejar caer copos de nieve, se dio la voz de alarma, la ventisca estaba cerca, mas de la mitad del grupo aun no había llegado al pico y tuvieron que dar la vuelta, en pocos minutos la montaña se cubría de nieve y un viento cruel nos sacudía las mejillas, azotándonos con el hielo, como si nos clavasen alfileres.
El descenso era ahora peligroso, estábamos divididos en cuatro grupos, y no había que perderse, el camino se borraba con la nieve, que solo dejaba ver las señales de piedra en el camino.
La ventisca castigaba, por todos los flancos, la nieve se nos pegaba a la ropa y apenas se veía, y la nieve entraba por cualquier recoveco, uno de los bolsos de la parka se me llenó de nieve, y prácticamente todas las prendas exteriores estaban empapadas.
Por fin llegamos al autocar y nos desprendimos de toda la ropa mojada, la aventura había finalizado, casi media hora más tarde llegó el resto del grupo, y rápidamente volvimos a Riaza, porque la nieve se estaba congelando en la carretera, así que volvimos al mismo bar donde desayunamos para comer y calentarnos, con el bocadillo y un caldito bien caliente.
Liebana Camino Piasca |
Desde la comarca de Liébana, con un poco de adelanto, recibimos este año la primavera. Comenzamos la ruta en Pesaguero con destino a Potes, y durante nuestro recorrido, pudimos recrear la vista con paisajes de ensueño, verdes praderas salpicadas por prímulas, dientes de león y miles de margaritas, entre las que pastaban placidamente, ovejas y vacas. Bosques de pinos, encinas, robles y árboles en flor. Atravesamos pintorescos pueblos a lo largo del camino, acompañados del suave rumor del río Buyón y un calido sol de primavera.
Hicimos algunos altos en el camino para contemplar el paisaje, dedicando algo más de tiempo, a la iglesia románica (casi gótica) de Santa. María de Piasca, y su monasterio, que ya funcionaba en el año 930. Lo más interesante y valioso de Santa María de Piasca es su decoración escultórica del románico montañés, con temas como la lucha de centauros, el caballero, enfrentamientos de grifos entre vástagos. Y la espléndida arquivolta con representación de oficios: herreros, sastres, músicos, monjes.
Tras los 23 Km. de esta encantadora ruta, llegamos a Potes, al pie de los Picos de Europa, donde en uno de sus parques, incamos el diente al bocadillo, que bien merecido nos teníamos. Para rematar la jornada, nos dimos una vuelta por el pueblo, probando los típicos orujos de esta zona.
El orujo, se prepara en un artilugio de origen arabe, llamado Alquitara, aunque si bien es verdad, no existen viñedos en esta zona, que es la base para hacer el orujo, así que imagino que actualmente viene de zonas vecinas, pero de cualquier manera, nos trincamos el orujo, y la crema de orujo, sin importarnos demasiado su procedencia.
Aparte de los licores, había repostería variada, quesada, sobaos pasiegos, y unas pastas llamadas “Los cojones del anticristo” que con semejante nombre me abstuve de comprar para no tentar al diablo.
ESPIGÜETE |
El pasado fin de semana, con una probabilidad de lluvias en toda la región de Castilla y León del 60% según el parte meteorológico, nos echamos de nuevo al monte como unos valientes, con el chubasquero en la mochila, y es que ya se sabe "la cabra"… aunque pueda llover.
Como siempre el desayuno, es el inicio de nuestra jornada, la verdad es que aprendemos mucho de los bares, de los distintos lugares donde paramos, como aumenta o disminuye el tamaño del café, o la calidad del pan, o la tortilla, la higiene de los servicios.
Esta vez nos tomamos el desayuno en Guardo, una localidad minera del norte de Palencia, la tortilla estaba bien, pero el pan un poco coscorudo y el café normalito, pero suficientemente aceptables para tomar fuerzas para el camino.
Comenzamos la ruta desde la iglesia de Valverde del Camino, un pequeño pueblo, que curiosamente no tiene bar, o al menos nosotros no lo encontramos y mira que tenemos ojo para eso. Con una fantástica vista de la montaña al fondo y con el cielo encapotado, pero sin caer una gota de agua, comenzamos a caminar hasta llegar a una fuerte pendiente, que entre matorrales y escobas fuimos ascendiendo, hasta llegar a lo mas alto del collado Cruz Armada, una pequeña cima conquistada, pero que no esta mal para los que somos aprendices, así que nos hicimos la foto de rigor, y además desde allí pudimos contemplar el Espigüete en todo su esplendor.
Todo el recorrido de la ruta giraba entorno al Espigüete, cima muy difícil, para inexpertos como yo, pero desde su falda, íbamos contemplando las magnificas vistas que nos ofrecía la montaña palentina, con muchas de sus cumbres aun nevadas.
Descendimos entre un bosque de robles, hasta llegar a Cardaño de Abajo, para reponer fuerzas, en este pueblo si que había un pequeño bar, así que comimos el bocadillo y tomamos el café en el bar, aunque la pequeña cafetera express que tenía no daba para mucho y alguno tuvo que tomar café de sobre.
Tras la comida iniciamos de nuevo el ascenso por la misma falda del Espigüete, pero junto al río, a medida que subíamos, el camino aparecía helado ya que ascendíamos por la parte que daba al norte.
Resultaba muy curioso caminar sobre el hielo, con el cielo totalmente cubierto pero sin llover, y con una temperatura agradable, incluso había mosquitos revoloteando encima del hielo y aparecía alguna florecilla de vez en cuando en las zonas desheladas.
Cuando llegamos de nuevo a la parte más alta, el sol abrió algunos huecos entre las nubes iluminando los picos mas altos, ofreciéndonos un espectáculo de luz y color, tras recrearnos con el paisaje, comenzamos el descenso, para llegar de nuevo a Valverde del camino. Ya en el pueblo nos tomamos otro tentempié, y un delicioso bollo que una compañera había preparado, mientras comíamos pudimos ver a seis vecinos del pueblo, lo cual nos tranquilizó porque llegamos a pensar que estaba deshabitado.
Ya repuestos y un poco cansados de los
Eresma |
En esta ocasión, hicimos ruta por tierras segovianas, por el camino de pesquerías de Carlos III.
Prácticamente desde el nacimiento del río Eresma, iniciamos nuestra caminata siempre pegados a su orilla, por el sendero nos encontrábamos robles, brezo, retama, y el impresionante pino de Valsaín, que crece muy recto y alcanza una altura impresionante.
El cauce del río se estrechaba en algunas zonas dando lugar a la garganta quebrada de la “Boca del Asno” donde abunda la roca granítica, otras veces el río se abría dando lugar a grandes praderas.
Como este invierno esta siendo tan benévolo, pudimos disfrutar en este paraje natural en un día soleado, la verdad es que contemplar el paisaje con las montañas nevadas en el horizonte y escuchar el rumor del río mientras caminas, es una de las mejores terapias para relajarse.
Hicimos una parada para comer junto al embalse, aunque el aspecto era desolador, ya que el nivel de agua era mínimo, como siempre dimos buena cuenta de los bocadillos y continuamos hasta
Sierra de la Demanda (Burgos) |
Hemos retomado la vida sana, con una marcha por la provincia de Burgos, en concreto por
Comenzamos desde la localidad de Barbadillo de Herreros y a lo largo de
Tuvimos mucha suerte con el día, ya que durante la noche, la helada había caído con fuerza, cubriendo los campos con una gélida capa blanquecina, pero que iba desapareciendo lentamente con la salida del sol, dejando paso a un hermoso día, con un explendido cielo azul.
La vía que había servido para transportar el hierro de las minas de Barbadillo, hoy se utiliza por muchos senderistas y ciclistas, que aprovechan esta magnifica vía verde, perfectamente adecuada para las practicas deportivas, lo que ayudó a la hora de hacer nuestra ruta, que a pesar de ser larga, fué relativamente cómoda.
ZEROCAFÉ
Este primer fin de semana de enero, he pasado por el ZeroCafé recuperando así, uno de los garitos, que tenía últimamente un poquito olvidado.
El local situado en la calle San Blas, lleva ya unos años funcionado en nuestra ciudad, bajo el nombre de ZeroCafé y para las sesiones musicales especiales Zero Dark, en las que podemos escuchar música Electro, gothic y remember. Para mi gusto, es un bar con estilo propio y fiel a su línea.
Lo que si se puede destacar es un grupo de asiduos, que visten al estilo gótico o siniestro, por supuesto en negro riguroso, y que dan al local cierto encanto y misterio, pero abiertos a cualquiera que quiera compartir sus gustos.
Nochevieja |